¿Cuáles son las causas de los atascos?

¿POR QUÉ A VECES SE FORMAN ATASCOS AUNQUE NO HAYA ACCIDENTES?

Si alguna vez has conducido por la I-285, la GA 400 o cualquiera de nuestras autopistas de Atlanta, probablemente te habrás encontrado en uno de esos atascos "fantasma" que parecen no tener una causa obvia. El tráfico se ralentiza casi hasta detenerse, y usted se arrastra durante unos minutos antes de aumentar repentinamente la velocidad, aunque no parece haber ningún accidente, cierre de carril u obras en la carretera que expliquen la ralentización.

Estas paradas repentinas podrían incluso ser peligrosas y provocar un accidente de tráfico real.

Varios grupos de investigación han empleado experimentos reales y ecuaciones matemáticas para resolver este molesto y frustrante problema. La buena noticia para los conductores que se arrastran por el tráfico sin motivo aparente es que pueden haber dado con la razón y también con la solución.

En una autopista concurrida y atestada, cualquier pequeño contratiempo puede provocar una reacción en cadena que detenga el tráfico. Seguramente lo habrás experimentado tú mismo: frenas de golpe si el coche que te precede frena y, por supuesto, es probable que el conductor que circula detrás de ti también esté pisando el freno.

Benjamin Seibold es matemático de la Universidad de Temple y él y sus colegas han estado investigando estos atascos sin causa evidente. Un conductor que pisa el freno tras un momento de falta de atención o que reduce la velocidad por un pequeño bache en la carretera puede provocar este efecto dominó, explica Seibold.

Seibold continúa explicando que esta oleada de conductores que pisan el freno sin motivo puede retroceder hasta 1.000 metros en la línea de tráfico, lo que puede provocar estos atascos fantasma. Al cabo de unos segundos, los conductores se dan cuenta de que no hay necesidad real de reducir la velocidad y todo el mundo la recupera poco a poco.

Por qué se forman atascos fantasma

Esta reacción en cadena es causada por conductores individuales, que pisan el freno por las razones descritas anteriormente. Esto hace que el coche de detrás reduzca la velocidad, y luego el vehículo que viene detrás, provocando la frustrante ralentización que parece no tener causa. Cuando los conductores conducen más rápido de lo necesario o por encima del límite de velocidad, es más probable que se produzca este fenómeno.

Seibold señala que los conductores pueden evitar estos atascos anticipándose al tráfico más denso que les precede, dejando más espacio entre ellos y el coche de delante y reduciendo la velocidad con tiempo suficiente.

Estos atascos y ralentizaciones fantasma también han sido estudiados por el experto informático del MIT Berthold Horn. Horn sugiere que los conductores pueden ayudar a evitar la necesidad de frenar bruscamente intentando mantenerse lo más cerca posible de la mitad de la distancia entre el coche de delante y el de detrás.

¿Quién tiene la culpa de estos atascos?

Desgraciadamente, parece que estos atascos fantasma siempre formarán parte de la vida cotidiana, y siempre estarán ahí si el tráfico en una carretera concurrida tiene un volumen determinado. Sin embargo, si un número suficiente de conductores cambia su forma de conducir y aplica los frenos, puede reducir la probabilidad de que se produzcan.

Seibold también sugiere que, en la mayoría de los casos, la culpa no es de un conductor individual. Señala que la situación de tráfico lento puede seguir creándose aunque todos los conductores de una determinada carretera cambien su comportamiento y nadie frene demasiado deprisa.

Básicamente, si hay muchos coches en la misma carretera, estos atascos fantasma se van a producir, independientemente de ello, simplemente por la forma en que se comportan y reaccionan los conductores. Se ha sugerido que tener un conductor robot es la única forma real de eliminar el problema.

Sin embargo, hay algunas soluciones. Aunque la mayoría de las carreteras están diseñadas para ser lo más rectas posible, diseñar una carretera lo más lisa y recta posible reducirá la posibilidad de que se produzcan estas ralentizaciones. Algunas carreteras de EE.UU. ya tienen límites de velocidad variables, sobre todo para adaptarse a las condiciones meteorológicas extremas, y esto también se considera una forma eficaz de mantener el tráfico en movimiento.

Al utilizar señales LED a lo largo de un tramo de autopista para variar el límite de velocidad, la ola de tráfico puede interrumpirse de forma más eficaz, si los conductores reducen la velocidad gradualmente a lo largo de un tramo de carretera más largo, en lugar de reducirla todos al mismo tiempo.

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